El ajo, es conocido formalmente como un tipo de planta tradicional que, junto con la cebolla, el puerro y el cebollín, es una especie de importancia y propósitos comerciales, ampliamente cultivada y, hasta ahora, desconocida en su estado silvestre.
Todos, en algún momento de nuestras vidas nos hemos topado con su olor y sabor en las comidas, ya que es ampliamente popular en recetas culinarias. Del mismo modo, se le atribuyen varias propiedades terapéuticas y hasta ha sido catalogado como protector contra seres míticos en cuentos y películas.
Aunque para algunos resulta desagradable su olor o sabor directo, casi nadie puede resistirse a la sazón que genera en algunos platos, e incluso a un buen pan con mantequilla derretida y ajo.
Así Reacciona
Ahora bien, refiriéndonos específicamente a las propiedades medicinales, son muchísimas las que se le atribuyen, particularmente por un compuesto que contiene denominado “alicina”. Entre estas destacan: disminuye los niveles de colesterol malo, regula la presión arterial, es antiséptico, antibacteriano, fungicida, antioxidante e inmuno protector.
Hoy día te explicamos los beneficios de consumir el ajo, pero de una manera muy particular y es asado.
Procedimiento:
Toma un racimo o cabeza de ajo, retira unos 4 o 5 de esos “dientes”, de preferencia que los mismos se mantengan juntos. Colócalos con la concha en el horno a alta temperatura, luego de unos minutos, cuando ya los sientas blandos, retíralos y déjalos enfriar. Consúmelos en ayunas, al menos unos 20 minutos antes de tu primera comida.Resultados:
Al ser consumido de esta forma, el ajo es absorbido de manera casi inmediata por nuestro organismo, por lo que unas 24 horas después, comienza a optimizar nuestro cuerpo con los siguientes beneficios:- Mejora la circulación.
- Limpia las arterias.
- Equilibra la presión arterial.
- Nivela la glucosa de la sangre.
- Actúa como antimicrobiano en las vías urinarias.
- Ayuda en los procesos inflamatorios.
- Regula el estreñimiento.
- Combate la fatiga.
Estas son algunas propiedades y beneficios, a los que debe agregarse un buen consumo de agua y una alimentación balanceada. Recordemos que somos el producto de aquello que comemos.
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